Mirko Macari explica cinco claves del poder según El Padrino

Si se revisan los rankings acerca de las mejores películas de la historia del cine, en los primeros puestos siempre está El Padrino (The godfather), de 1972. En el listado de los 100 mejores filmes de IMDB, por ejemplo, ocupa el número 1. Su segunda saga, el número 13. Ambas también forman parte de las 100 mejores de la historia según la revista Time. En el ranking de Business insider la primera película aparece en el lugar número 2 y en el de Hollywood Reporter vuelve al primer lugar, mientras que El Padrino parte II queda en el séptimo puesto.

Puede que a usted no le guste la película y sus partes II y III, pero su calidad argumental, las fabulosas actuaciones de Marlon Brando, Al Pacino y la jovencísima pareja formada por la brillante Sofía Coppola y un ambicioso Andy García (entre otros) son espectaculares, igual que la dirección de Francis Ford Coppola, así como la fotografía y la música, todo lo cual convirtió en algo palpable y vibrante la novela publicada en 1969 por Mario Puzo.

Ahora, bien, la gran pregunta es acera de qué trata El Padrino. ¿La mafia? ¿Los lazos familiares? ¿El infortunio del hombre frente a las fuerzas del destino? (como se narra en la novela, Vito Corleone estaba convencido de que todas las personas estaban predestinadas a algo y eso era inmutable).

Hay de todo eso, pero mucho más. Hace algunos años, el sociólogo y exprecandidato presidencial Alberto Mayol llegó a la conclusión de que el eje central de la gran obra emprendida por el binomio Puzo/Coppola es el poder, ante lo cual se dio el trabajo de sistematizar las leyes que rigen el poder, de acuerdo con el comportamiento de Vito Corleone, así como el de sus secuaces y sus enemigos. Al principio fueron 46 leyes las que descubrió y luego llegó a 50, tras lo cual comenzó a impartir seminarios para explicarlas, teniendo en cuenta, como dijo en La Tercera, que en definitiva el fondo del poder expresado esta historia es “una versión sofisticada de los planteamientos del Príncipe de Maquiavelo”.

A ese primer seminario vinieron varios más y otros productos, que Mayol comenzó a desarrollar junto a uno de los más reputados analistas políticos del país, el exdirector de El Mostrador Mirko Macari. Ambos, más Darío Quiroga, comenzaron a impartir en forma periódica los seminarios “El Poder según El Padrino”, donde explican el acontecer nacional a través de analogías con las semejanzas y escenas de las películas, lo que complementan con el podcast La Cosa Nostra, que se puede escuchar aquí.

El poder según Macari

Macari, además, ha protagonizado en los últimos meses uno de los segmentos más aclamados del programa “Stock disponible”, en el Canal Vía X, dirigido por el periodista Freddy Stock, en el cual se revisa el mundo político chileno desde el prisma de las películas y en función, incluso, de algunas de sus partes más destacadas (y en el cual participa Mayol una vez al mes).

Así, una de las secciones más comentadas es “El Freddo de la semana” (en alusión al hijo menos aventajado de Don Corleone, asesinado por Michael), al igual que “El acribillado de la semana” (que se refiere al asesinato del hijo mayor, Santino), entre otras.

Al respecto, Macari, que acaba de terminar junto a Mayol y Quiroga un seminario de tres días en el Stadio Italiano de Santiago (¡dónde más!), en el cual revisaron completas las tres películas junto a los asistentes, explica que aunque, como ya está mencionado, existe medio centenar de leyes del poder (según lo recopilado por Mayol), hay cinco que a él le resultan especialmente interesantes.

La primera es la capacidad de mentir con convicción. “Eso es un pecado desde la perspectiva de las culturas judeo cristianas, pero es algo cotidiano en las esferas de la política del poder. En todo caso, no se trata simplemente de mentir, sino que debe ser hecho con convicción, con total convicción, y hay una escena que lo ilustra muy bien, hacia el final de la primera película, cuando Kay le pregunta a Michael si es verdad que mandó a matar a Carlo Rizzi, su cuñado. Luego de que Michael le advierte varias veces que no le pregunte por sus negocios, finalmente le dice que, por una sola vez, hablará con ella acerca de sus asuntos. Ella le pregunta de nuevo, Michael la mira a los ojos y con total seguridad le dice que no, aunque por supuesto, él lo había hecho asesinar”, explica Macari.

“En la política -prosigue- la mentira no tiene la misma sanción que en la vida cotidiana, sino que, por el contrario, el cinismo es una virtud”, relata.

La segunda es la necesidad de controlar los impulsos. A este respecto, el periodista precisa que si bien el sucesor natural de don Vito debía haber sido su hijo mayor, Santino (a quien le decían “Sonny”; es decir, “hijito”), eso no podía suceder, dada la falta de control de impulsos que le afectaba.

“Sonny era el jefe operativo, el tipo que estaba en todas partes, pero que no tenía la capacidad de pensar en frío, en circunstancias que un padrino requiere de un temperamento muy alejado de la visceralidad, pero Sonny era incapaz de ello: no se resiste a sus pasiones, no reflexiona. Un matón no puede ser un padrino, pues un padrino requiere de una capacidad política estratégica, y ello es lo que termina determinando su muerte, cuando le montan una trama que saben que él no va a poder resistir, ante la pasión que le provoca saber que su hermana es golpeada”, detalla, aseverando que “en política pasa mucho. Tienen poca y mala vida quienes actúan desde lo impulsivo, pues no entienden que a veces hay que abstenerse y que la mantención del negocio no tiene que ver con la cantidad de muertos que hay”.

La tercera es que nunca, nunca, puede ser personal. Eso se relaciona con lo anterior. Como relata Mirko Macari, “en la política, cuando hay que salir a matar o a pegar, en sentido metafórico, nunca puede ser personal y yo creo que ahí hay muchos personajes que todas las semanas mueren acribillados, porque están presos de sus pasiones”, especificando que no hay que actuar siempre, pues “no todos los momentos son siempre tu oportunidad, hay que saber no actuar, y ese es, para mí, un gran tip” que cualquier político debería saber manejar.

La cuarta es que un buen padrino evita la violencia. “Don Vito evita la violencia y espera que todos convivan en paz, a tal punto que él entiende que que le maten a su hijo es parte de los negocios, como cuando se reúne con la comisión de los mafiosos para arreglar el lío con los Tataglia y les dice que va a olvidar que murió su hijo, pero les advierte que si algo le llegara a pasar a su otro hijo, que tuvo que salir de Estados Unidos, no va a dudar de que fue un asesinato”, a modo de amenaza. En otras palabras, está dispuesto a renunciar al uso de la violencia, aunque le hayan matado a un hijo, y solo esta dispuesto a retomarla si asesinan a otro.

La quinta es que, mientras más se sube, más sucio es el mundo. Macari, quien se declara fanático del Padrino III, indica que esa película “te puede contar lo que no te puede decir ningún diario: que el papa Juan Pablo I fue asesinado, porque asomó la nariz a la ventana de lo que años después sabríamos que sin escándalos de pedofilia, de platas narco, de dineros mal habidos y por eso le pasó lo que le tenía que pasar. A mí me gusta mucho el personaje de don Luchessi. Yo siempre digo que (en Chile) el único que está a las alturas de don Luchessi en Enrique Correa, entonces cuando necesitan buscar un personaje para buscar una operación muy compleja, Altobello dice “Solo don Luchessi tiene intereses tan diversos”. 

Macari continúa: “Michael Corleone ya está en la cima del poder, tratando de limpiar su fortuna en lo inmobiliario, y se da cuenta de que mientras más sube en la escala, más sucio es todo, y que la mafia es solo la parte más baja de una cuestión oscura que es la trenza invisible del poder económico, político, religioso, y ahí hay una gran frase de don Luchessi, cuando dice ‘el dinero es un arma, la política es saber cuando apretar el gatillo’. Me gusta mucho esa moral instrumental, según la cual ellos no persiguen el dinero por el dinero, sino que el dinero les sirve para comprar poder y la política es la sensibilidad de poder comprender el momentum, porque el arte del poder requiere la intuición de poder entender el tiempo”.

Las razones del éxito

Tamara Quintana, editora periodística del programa, señala que a su juicio el éxito de la sección sobre El Padrino en Stock Disponible radica en varios factores, además de las personalidades de Stock, Macari y Mayol. Uno de ellos, explica, es “la libertad editorial que nos entrega Canal ViaX, motor fundamental tras el programa”. Asimismo, menciona que otro elemento esencial es el formato, pues “analizar la política nacional en clave cinematográfica sin duda es atractivo, a veces la realidad supera la ficción”.

En dicho sentido, precisa que “creemos que para hablar de ‘política’, en su amplia comprensión hay más formas que un panel alrededor de una mesa estática y anquilosada. Nuestro deber es entregar contenido y forma a la altura de las necesidades de nuestras audiencias”.

En dicho sentido, puntualiza que se dieron cuenta de que “el análisis del poder es mucho más entretenido de lo que nos han hecho creer y las y los ciudadanos quieren saber más: el hambre de leer más allá del titular por parte de nuestro público es otra de las claves del éxito de la sección”. 

Y, por último, menciona algo esencial: “no pueden fallar las manos de Mario Puzo y Coppola unidas: son una Biblia del poder”.