Rebelión en la Granja (ahora ilustrada): uno de los mejores libros de la historia

Si hay una novela que ha madurado en forma excelente es Rebelión en La Granja, mala traducción al español de Animal Farm, la que, junto con la ucronía 1984, constituye el súmmum de la obra de ese genio que fue el periodista británico George Orwell. Ambas novelas forman parte de lo mejor que ha producido la literatura mundial y, si bien muchas veces Animal Farm parece relegada a un injusto segundo plano gracias al éxito de 1984, la verdad es que a mi juicio es mucho, pues expone de manera magistral los peligros del populismo y de cómo este se puede decantar muy fácilmente en una dictadura.

Como muchos otros periodistas (entre ellos el matrimonio formado por la formidable Martha Gellhorn y el insoportable de Ernst Hemingway), Orwell se sintió conmovido ante la guerra civil español y por ello partió a Barcelona en diciembre de 1936, con el fin de unirse a las tropas republicanas que combatían en contra del franquismo, de lo cual dejó testimonio en su libro Homenaje a Cataluña.

Encantado al principio con -por ejemplo- el hecho de que en el frente de batalla no existieran jerarquías, pronto se dio cuenta de las pugnas internas que había entre los militantes del Partido Comunista, divididos entre estalinistas y trotskistas (facción a la cual él pertenecía), tras lo cual llegó a la conclusión de que el régimen soviético era perverso, por lo  cual, luego de huir de España, decidió escribir un relato que fuera fácilmente comprensible y que denunciara las inconsecuencias del sistema. La idea de hacerlo usando animales en vez de personas se cruzó en su mente cuando vio a una niño golpeando un caballo de tiro, momento en el cual se puso a pensar en qué sucedería si algún días los animales se rebelaran frente a los incontables abusos a que son sometidos por nuestra especie.

Así nació Animal Farm, que fue rechazado por varias editoriales, hasta que salió a la venta en 1945. El libro pronto fue traducido al ruso y al ucraniano y se convirtió muy en un texto de culto y de resistencia, especialmente entre disidentes y prisioneros de guerra.

Por cierto, había razones políticas para ello. Cualquiera que conozca algo de la historia soviética reconocerá de inmediato que los dos cerdos que encabezan la rebelión (Napoleón y Snowball) aluden a Stalin y Trotsky, y que la forma en que se explota a los demás animales  es muy propio de dicha dictadura.

No obstante, todo lo que aparece en Animal Farm es aplicable a cualquier tiranía, no solo a la soviética. Es más: calza perfectamente con el nazismo y, en tiempos más actuales, con lo que ocurre en Corea del Norte, por ejemplo, pues esta sátira es uno de los mejores retratos acerca de la conducta humana, aunque paradójicamente Orwell haya recurrido a los animales para escribirla.

En efecto, en sus páginas aparecen perfectamente dibujados los líderes mentirosos, acomodaticios y aprovechadores que existen en cualquier parte, que solo trabajan en beneficio de ellos mismos.

Allí también aparece la forma en que algunos se dejan utilizar, el modo en que se crean y esparcen los rumores, además de las incontables injusticias a las cuales son expuestos los incautos de siempre, cuya máxima expresión es la reescritura del séptimo mandamiento de la revolución animal, aquel de que “todos los animales son iguales”, el que estaba precedido por “todo lo que camina sobre dos patas es un enemigo”, “todo lo que camina sobre cuatro patas o tiene alas es un amigo”, “ningún animal llevará ropa”, “ningún animal dormirá en una cama”, “ningún animal beberá alcohol” y “ningún animal matará a otro animal”.

Por supuesto, tal como ha acontecido con el mundo desde que existe, todo ello quedó obsoleto apenas los líderes de los animales probaron el whisky, la comodidad de una cama, la utilidad de la ropa o cuando comenzaron a caminar en dos patas. Así, aprovechando la ignorancia de la masa, a la cual nunca le enseñaron a leer de verdad, fue como terminaron borrando los siete mandamientos originales, reemplazándolos por uno solo: “Todos los animales son iguales, pero algunos animales son más iguales que otros”.

Ahora, el sello DeBolsillo acaba de poner a la venta en Chile una versión ilustrada, que recoge el texto original de Orwell, junto a las ilustraciones del escritor, ilustrador y artista gráfico Bernardi Odyr (Brasil, 1967).

Odyr ha publicado ilustraciones en periódicos y revistas como el The Globe, Le Monde Diplomatique Brazil, Public, Trip, entre otras. Este año 2019 ganó el 31° Trofeo HQ Mix en la categoría “mejor adaptación para cómics”, justamente con este libro.