Los venenos que acechan en el ambiente de Coronel

Es algo que pasó totalmente inadvertido. Quizá, entre otros motivos, ello obedezca a la fecha, pues fue el 17 de octubre (un día antes del estallido social) que compareció ante la Cámara de Diputados el médico toxicólogo Andrei Tchernichtin, profesor de la Universidad de Chile.

Ese día, el médico expuso ante la comisión especial que investiga la contaminación en Coronel, provocada fundamentalmente por asbesto y otros elementos, entre ellos metales pesados.

Ante ello, el facultativo explicó que efectuó un estudio en la zona de la Central termoeléctrica Bocamina y fue tajante en señalar que allí, “el principal agente contaminante es el asbesto”, agregando que además existen, en el ambiente, arsénico, níquel, mercurio, cadmio, material particulado, dióxido de azufre, benzopireno, hidrocarburos, dioxinas, furanos, plomo y PBC (policlorobifenilos).

Sobre el asbesto, explicó que “son fibras de un material complejo y la toxicidad es resistente a los ácidos, no se degrada. Son microagujas y producen irritación cuando entran al tejido humano. Entonces, cuando entra en el pulmón queda enclavado en los bronquios y en los alveolos. Lo que queda en los bronquios puede producir en el largo plazo, meses o años, cáncer broncopulmonar”.

Asimismo, detalló que “los que quedan en los alveolos pasan por estos al espacio intercelular y son captados por una célula, que son los macrófagos, que se las comen para destruirlos, pero como es indestruible, lo que pueden hacer estas células macrófagos es tratar de sacarlas del pulmón, migran y salen al espacio que queda entre las dos pleuras. En ese lugar, esas agujas pueden clavar las pleuras y forman cáncer de las células pleurales, que se llama mesotelioma, que es un cáncer muy maligno, a diferencia del cáncer broncopulmonar, que tiene muchas otras causas”, explicando así que el mesotelioma solo aparece debido al asbesto.

Cabe recordar que justamente esta comisión investigadora se constituyó a consecuencias de las denuncias formuladas por ex trabajadores de la eléctrica, quienes dijeron haber presenciado como se sepultó asbesto en el lugar donde se construyó la central Bocamina 2 y también en la laguna Quiñenco, que abastece de agua potable a parte de la población coronelina, todo lo cual llevó a la creación de la organización Trabajadores Unidos Contra el Asbesto (TUCA).

Los otros contaminantes

Según recordó Tchernichtin, el Instituto de Salud Pública (ISP) ha encontrado en los niños de Coronel metales pesados como el arsénico, el mercurio, el níquel y el cadmnio, pero dijo que las preguntas fundamentales que es necesario formularse son tres: dónde se guardan los residuos de la combustión, donde se guardan los aceites de enfriamiento que se utilizan en los procesos y, por cierto, donde se ha guardado el asbesto.

Respecto de esto último, señaló haber recibido varias informaciones que indican que “lo han guardado en varios lugares”.

En cuando a la ceniza, explicó que el principal sitio de almacenaje es conocido: “está en un campo abierto, un gran cerro de cenizas que el viento saca de ahí. Está cubierto parcialmente con lona, pero de todas maneras eso está contaminando, desde ahí, los lugares cercanos”, refiriéndose al vertedero de cenizas de ENEL ubicado entre Lo Rojas y Schwager, el cual fue clausurado en abril de este año por el alcalde de Coronel, Boris Chamorro, acto que solo unos días después fue dejado sin efecto por la Corte de Apelaciones de Concepción.

Según su relato, fue a ver el vertedero con fin de tomar muestras, pero era imposible, pues estaba todo cerrado, con guardias que no permitían el acceso. Sin embargo, “hace un rato había entrado un camión y cuando entra un camión con cenizas, ellos tienen que hacer el lavado del mismo en la entrada -eso está en el informe que ellos levantan- y, por lo tanto, el agua del lavado con el material particulado salía para afuera. Entonces, en forma legal, mirando a los guardias, recogimos ese barro que salía fuera del recinto y medimos lo que había”.

Por supuesto, no hubo muchas sorpresas en los resultados: “mucho arsénico”, zinc, plomo, hierro, aluminio, etc.

Al respecto, el especialista explicó a los diputados que a corto plazo el material particulado puede producir problemas cardiovasculares e incluso la muerte, pero también produce efectos “diferidos”: cáncer, asbestosis, mutaciones, malformaciones fetales e imprinting, agregando que además todo el catálogo de cánceres, quizá “el efecto más grave es el imprinting, que es un cambio de programa de las células”.

Cabe señalar que recientemente el gobierno dio a conocer su plan de descarbonización de la matriz productiva del país, adelantando el cierre de varias plantas termoeléctricas que funcionan a carbón, pero Bocamina no se encuentra entre ellas.