Las redes de Gadafi con las FARC y el MIR

Negociaciones para la venta de armas, un secuestro fallido, peleas entre comunistas y miristas, entrenamiento de grupos guerrilleros y relaciones del MIR con las FARC colombianas, el gobierno libio del ahora difunto Moammar Gaddafi y muchos otros detalles, quedan al descubierto en varios documentos desclasificados de la Central Intelligence Agency (CIA) de Estados Unidos, que relatan los esfuerzos realizados en 1978 por la dirigencia del grupo chileno desde La Habana, con el fin de materializar la “Operación Retorno” y el “Proyecto K”, que buscaba instalar una guerrilla rural en el sector de Neltume. 

La simple revisión de los documentos producidos por la estación de la CIA en Santiago respecto de las actividades del Movimiento de Izquierda Revolucionaria (MIR) demuestra que, así como sucedió años después con el FPMR, y años antes con lo que quedaba del remanente del Ejército de Liberación Nacional (ELN), la CIA siempre mantuvo completamente infiltrados a los grupos subversivos chilenos, como también pasó con el FPMR.

En 1978 la CIA ya sabía que el MIR estaba empeñado en levantar un foco guerrillero al interior de Valdivia y que, además, mantenía estrechas relaciones con las FARC, a las cuales propusieron realizar un secuestro en conjunto. Los espías de EEUU también sabían del link entre los miristas yel régimen libio de Moammar Gaddafi, a través del dirigente Andrés Pascal Allende, algo que este recién refrendó el 2011 al periodista Francisco Artaza, de La Tercera, luego de la muerte del dictador africano.

El secuestro

Uno de los principales productos que durante año exportaron los subversivos chilenos fue el secuestro. Conocido es el joint venture del MIR con la ETA española, que terminó en importantes secuestros, como los de Diego Prado Colón y Carvajal, en 1981, o el de Emiliano Revilla, en 1992[1]. Sin embargo, hacia el 1 de junio de 1978, según un cable de la CIA, el MIR chileno estaba intentando aliarse para dichos fines con la mayor guerrilla del mundo, las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC), el aparato militar del Partido Comunista de Colombia (PCC). De acuerdo al texto, la idea era realizar en conjunto un  secuestro “espectacular” en Colombia.

Por aquel entonces, muerta y dispersada ya toda la dirigencia del MIR, los esfuerzos de sus integrantes se orientaban básicamente a la “Operación Retorno”; es decir, al reingreso clandestino de guerrilleros, ahora entrenados en campamentos como Pinar del Río y Punto Cero, en Cuba, y al llamado “Proyecto K”, el establecimiento de dos focos guerrilleros: uno en Nahuelbuta, cerca de Curanilahue, actual provincia de Arauco, y otro en Neltume, en la precordillera valdiviana. Como se recuerda en el libro “Guerrilla en Neltume”[2], el proyecto K en esencia “contemplaba la creación de unidades de guerrilla semipermanente que operaran en los espacios suburbanos y rurales de lo que entonces se denominó Teatro de Operaciones Sur”.

Sin embargo, incluso los revolucionarios saben que la guerrilla cuesta dinero y conseguirlo no es tan simple, así es que por ello los miristas recurrieron a sus pares colombianos con una oferta que estos no podrían rechazar: un secuestro de gran magnitud, cuyo rescate, de ser exitosa la operación, “sería usado para infiltrar miembros del MIR en el norte y sur de Chile”, cuenta la CIA, que detalla que “en mayo de 1978, un representante del MIR en La Habana dijo a un miembro de las FARC que a fines de mayo se espera (la visita) de un líder del MIR de La Habana. Cuando arribe, viajará a los cuarteles de las FARC para discutir la propuesta de secuestro”.

Siempre según el papel desclasificado, “el líder del frente 8 de las FARC está de acuerdo con la operación conjunta, pero la aprobación final sólo puede venir de los cuarteles de las FARC”.

La CIA señala también que “el miembro de las FARC” es su fuente, y que este les dijo que “este tipo de operación requiere una extensa coordinación, viajes y la organización de un mecanismo de apoyo, todo lo cual tomarán de 2 a 3 meses”.

Los militantes del MIR, optimistas y rayanos en la ingenuidad, aún no contaban con la venia de los jefes de las FARC cuando ya estaban consiguiendo pasaportes colombianos, aprendiendo sobre la historia de ese país y practicando el acento, convencidos de que pronto podrían regresar a  Chile, según cuentan los agentes de la CIA, quienes estaban al tanto de que dentro del MIR había serias divisiones “entre los no violentos, pro comunistas, y los que llaman a la revolución armada”, de los cuales destacaba a Nelson Gutiérrez y Andrés Pascal Allende.

Para finalizar, el redactor del informe agregó un párrafo que luego cobraría pleno sentido: “los líderes del Partido Comunista Chileno en el exilio supuestamente tratan de influenciar a Fidel Castro para que corte el apoyo al MIR y, de ser necesario, expulse a quienes se rehúsan a adoptar la línea del PCCH”.

La influencia de los comunistas y Libia

Sólo 41 días más tarde, un nuevo documento de la CIA daba cuenta de que los comunistas le habían doblado la mano al MIR. Un informante cuyo nombre está borrado señaló a los hombres de la CIA que “el MIR está desesperadamente necesitado de dinero para financiar la infiltración de un grupo de unos 40 hombres entrenados en Cuba, hacia una guerrilla en el sur de Chile, cerca de Valdivia. De acuerdo a (borrado) el MIR espera tener su guerrilla en el lugar a fines de 1978”, precisa el texto, que demuestra un conocimiento asombroso de la operación, la que al final comenzó a implementarse hacia inicios de 1980 y culminó entre junio y octubre de 1981, cuando los guerrilleros fueron detectados en operativos militares, los que dejaron nueve víctimas fatales.

El reporte de la inteligencia de EEUU precisa que convencidos que se cometería el secuestro con las FARC, los subversivos chilenos en La Habana “hicieron arreglos para que un equipo militar del MIR especialmente entrenado, con fondos para apoyar esta operación, llegue a Colombia”.

Sin embargo, nada ocurrió, pues alguien cuyo nombre está tachado, pero que se entiende era el MIR –y además, contacto de la CIA- “fue informado por un miembro de las FARC, sin embargo, que la operación conjunta no sería posible porque el secretariado del Partido Comunista de Colombia había prohibido a las FARC tener nuevos contactos con el MIR”.

El informante añadió que, antes de saber de la negativa del PC, “Andrés Pascal Allende había hablado con representantes tanto de Libia como de la Organización para la Liberación de la Palestina, OLP, aparentemente a fines de mayo de 1978, sobre el deseo de las FARC de comprar armas. De acuerdo a (borrado) ambos grupos de medio oriente estaban dispuestos a vender armas a las FARC. Para consumar el trato, un representante de las FARC iba a viajar a Habana, y desde allí él y un representante del MIR viajarían a Libia a comprar las armas”.

En su entrevista con La Tercera, Pascal Allende señaló que “Gadaffi tuvo simpatía hacia el MIR, nos brindó apoyo entre el año 1977 hasta los 80”. Según el ex dirigente mirista, en Libia no sólo se formó a combatientes chilenos, sino que además se les entregó armas suficientes como para “apertrechar” un contingente de unos dos mil hombres.

Los palestinos

El tema de los vínculos de la Organización para la Liberación de la Palestina con Chile, en todo caso, no era nuevo. Un texto de la CIA del 03 de abril de 1975 informaba que en medio de algunos esfuerzos de la OLP por abrir oficinas en diversos países de América Latina, en marzo de ese año la DINA reportó haber arrestado a un hombre y una mujer, ambos chilenos, supuestamente “por estar reclutando chilenos de descendencia árabe para trabajar con la OLP en actos terroristas” y señalan que la mujer detenida, Mai Al-Arja, era reclutadora del Frente para la Liberación de la Palestina, el brazo armado de la OLP.

Los tupamaros

Los contactos del MIR eran, sin embargo, incluso más amplios que lo anterior. Conocida era su admiración por el Movimiento Nacional de Liberación Tupamaro (MLN-Tupamaro) de Uruguay y la relación que tenía con este, lo que por cierto se vio reflejado en 1978. Según la fuente de la CIA, dirigentes tupamaros habían informado a la gente del MIR en Cuba que “los tupamaros estaban interesados en operaciones conjuntas con las FARC. De acuerdo a (tachado), a principios de 1978 BETO (LNU), un líder tupamaro, dijo al MIR que estaba listo para viajar a Colombia en junio. Beto tuvo que cancelar su viaje a último minuto para acompañar a un grupo de guerrilleros tupamaros que había completado su entrenamiento en Argentina y estaba regresando a Uruguay”.

Los Elenos

No eran los integrantes del MIR, en todo caso, los únicos chilenos interesados en el negocio del secuestro. Un cable de la CIA fechado tres años antes, el 27 de enero de 1975, relata que los escasos miembros que iban quedando a esa fecha del Ejército de Liberación Nacional (ELN) de Chile -grupo que se formó para cooperar en la guerrilla del ELN boliviana de Ernesto “Che” Guevara, conocidos por el apodo de “elenos”- planificaban una serie de secuestros de embajadores y autoridades chilenas en América y Europa.

Para ello, en busca de apoyo financiero y logístico, acudieron a la organización de la Cuarta Internacional Trotskysta y “a este respecto, Ernst Mandel, un germano occidental residiendo actualmente en Bruselas, quien es el líder de la Cuarta Internacional, ha prometido oír el plan del ELN”, para lo cual estaba proveyendo dinero para que pudieran viajar a Paris los líderes del ELN.

Según la CIA, a esas fechas el ELN poseía 12 militantes en Chile, un arsenal y aproximadamente 14 millones de escudos; es decir, unos 7 mil dólares.

A continuación, lee el documento de la CIA que cuenta del frustrado secuestro FARC-MIR, en este enlace.

Texto originalmente publicado en Documentomedia.cl y en Theclinic.cl