El verdadero origen de “la puerta giratoria de la justicia”

En todas partes es posible escuchar el manoseado concepto de “la puerta giratoria” de la justicia. Basta entrar a Twitter, Facebook o cualquier medio con comentarios, para encontrarse con dicha idea, reflejando la percepción existente en la actualidad en torno al tema de la seguridad ciudadana, donde quizá los dos conceptos más asociados entre sí son el de “puerta giratoria” y “tolerancia cero”, ideas que tienen su origen en el mismo país y la misma década: Estados Unidos y los años 80. Hoy, vamos a ver de dónde proviene el primero

Así como en Chile, la “puerta giratoria de la justicia” es hoy en día un lugar común que se puede leer en prácticamente todos los diarios del continente americano. Es más,  no hay país en que no se use esta noción para acusar a los órganos del Estado, a los rivales políticos o a quien sea de actuar en forma blanda con los delincuentes, aunque se trata de un idea que inauguró George Bush padre a fines de 1988, cuando se presentaba a la presidencia de Estados Unidos como representante del Partido Republicano.

Bush era el candidato más débil y estaba cerca de 15 puntos debajo de la intención de voto frente a su rival, el demócrata Michael Dukakis. Fue entonces cuando los asesores de Bush crearon uno de los slogans más perdurables en las democracias occidentales y, de paso, instalaron la seguridad ciudadana para siempre en las mentes de todos.

Analizando la carrera política de Dukakis, que había sido gobernador del Estado de Massachusetts, encontraron que debido a la potestad de conceder indultos (la misma que aún tienen los presidentes en Chile) había perdonado a varios individuos que después habían reincidido en la delincuencia, pero se fijaron especialmente en el caso de un criminal William Horton.

Este individuo había cometido un robo con homicidio en 1974, razón por la cual fue sentenciado a cadena perpetua, pero en 1986 accedió a un beneficio de salida de fin de semana, como parte de un programa de rehabilitación instaurado por los republicanos en 1972, el cual prohibía que los prisioneros condenados por delitos de primer grado (como era el caso de Horton) accedieran a él, propuesta que sin embargo, fue vetada por Dukakis en 1976, cuando ya era gobernador, motivo por el cual fue finalmente responsabilizado de lo sucedido con Horton.

Este, como ya está dicho, salió por un fin de semana en 1986 y obviamente no regresó a la cárcel, cometiendo varios delitos más (la violación y secuestro de una mujer y el robo de un auto), por lo que de nuevo fue encarcelado en 1987, sin que volviera a abandonar la prisión.

Los estrategas de Bush aprovecharon esta situación y Horton se convirtió en una figura muy conocida para los estadounidenses durante la campaña presidencial en la cual, en muchas oportunidades, el candidato republicano lo utilizó como ejemplo de la mano blanda que Dukakis tendría con los delincuentes en caso de ser electo presidente, un punto que era importantísimo para su campaña dado que (en julio de 1988) se aplicó una encuesta sobre la actitud de ambos candidatos hacia la delincuencia. En ella, el sólo el 23% opinaba que Bush era “duro” en este aspecto, contra un 36% que le adjudicaba ese atributo a Dukakis. No obstante, luego de que los republicanos “socializaran” el tema de Horton, en octubre las cifras mejoraron notablemente para Bush, quien pasó a ser considerado como un candidato “duro” por el 61% del electorado. Por cierto, la campaña de Bush no se basó sólo en un caso, sino que generalizó lo ocurrido y en septiembre comenzó a emitir el comercial que pasó a la historia como “la puerta giratoria” (“the revolving door”), quizá una de las más impresionantes maniobras de márketing político de la historia.

El aviso, confeccionado íntegramente en blanco y negro, mostraba a un guardia armado con un fusil sobre una torreta de vigilancia y luego a varios presos dando vueltas alrededor de una reja giratoria, mientras de fondo se escuchaba la voz de un locutor que hablaba del programa de beneficios carcelarios de Dukakis, asegurando que éste había vetado (cuando era gobernador) sentencias duras para narcotraficantes y la pena de muerte, al tiempo que aseguraba que “su política de puerta giratoria dio libertades de fin de semana a condenados a cadena perpetua sin derecho a beneficios”.

Junto con ello, relataba que muchos de ellos “cometieron otros delitos como secuestro y violación”, junto a las palabras “268 escaparon” y “muchos de ellos siguen prófugos” (pese a que el único ejemplo concreto que se citó durante la campaña fue el de Horton).

Mira aquí el famoso video: