El espionaje de Colonia Dignidad en Concepción

Ya lo sabemos. La Colonia Dignidad, en su faceta como agencia de inteligencia, espiaba a todo y a todos, amigos o a quienes consideraba sus enemigos, como -por ejemplo- los principales dirigentes del MIR o del Partido Comunista, como se explicaba en este reportaje.

Sin embargo, también espiaban con igual interés a otras personas que en sentido estricto no tendrían por qué haberles interesado mayormente. En dicho sentido, uno de sus principales objetos de preocupación era la Universidad de Concepción.

Así, entre las 46 mil fichas desclasificadas en 2014 (unas mil de las cuales se refieren a Concepción), hay tres acerca del rector designado Heinrich Rochna Viola, un teniente coronel de Ejército en retiro a quien se calificaba como un hombre muy preparado, dado que contaba con un doctorado en Física, pero al mismo tiempo se indicaba sobre él que “no es capaz de tomar decisiones, es indeciso” y que era “muy capaz como profesor, pero como administrador…nada”.

La misma cantidad de fichas había acerca de su sucedor, Guillermo Clericus, aunque eran solo recortes de prensa en los cuales este aparecía mencionado.

También había dos fichas sobre Galo Gómez, quien fuera vicerrector de la UdeC, como muestra la foto principal.

En la ficha se señalan los datos personales de Gómez, hay un breve resumen acerca de las elecciones en que triunfó (según la colonia, con apoyo del MIR y el PS) y también se indican dos características que le atribuye quien confeccionó el documento: “masón y marxista”. Luego, se relata la persecución que sufrió tras el golpe de Estado. En la segunda ficha hay una foto de él, tomada del diario El Sur.

Existen además seis fichas del exdirector de la escuela de Educación de la UdeC, Carlos Haquin Aguirre, a quien se atribuyen las mismas características anteriores: “masón y marxista”. La primera ficha respecto de él es una muestra de la forma en la colonia operaba consiguiendo inteligencia pues, por ejemplo, se señala que, de acuerdo con la escritura de constitución, del 27 de agosto de 1981, había sido uno de los socios fundadores del Colegio Concepción de Chillán. Se aseguraba que por discrepancias personales se iba de Chillán a fundar un colegio nuevo en Concepción (el Toquicura). Las otras seis fichas eran recortes de prensa relativos a actividades de ese último establecimiento (como licenciaturas, por ejemplo) y al fallecimiento del destacado educador, en 1986.

También existían dos fichas acerca del entonces profesor de historia en la UdeC Hilario Hernández, quien posteriormente llegaría a ser Rector de la Universidad del  Bío Bío, al cual se le atribuía haber “preparado armamento en los cordones industriales de Concepción”. Acto seguido, se indicaba que “él y Luis Retamales deben saber de armamentos”.

Tanto esta ficha como muchas otras relativas a la Universidad de Concepción llevaban entre paréntesis dos datos: una fecha y una sigla, de dos o tres letras, que individualizaban la fuente de la información; es decir, una sigla identificatoria de quien había entregado los antecedentes.                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                        

En este caso, dicha sigla era “con”, la cual correspondía, según explicó al ministro en visita Jorge Zepeda el jefe de inteligencia de la colonia, Gerd Seewald, ya fallecido, a Rafael Conejeros Millán, quien era uno de los informantes estrella de la colonia, y que tenía un importante cargo en la Universidad de Concepción, el equivalente al de Director de Servicios Estudiantiles hoy en día.

Por cierto, ello no lo eximía de estar también fichado.

La primera ficha respecto de él parte indicando que había sido rector del Instituto de Humanidades y que tenía un hijo que estudiaba en la U. de Concepción. Se detalla que había sido asesor de la gobernación provincial y se indica que cuando el rector (designado) de la UdeC decidió remover al director de la escuela de educación (es decir, Hernández) “me preguntaron si yo me haría cargo como director de la Escuela de Educación, para hacer una limpieza y elevar el nivel académico y sacar a todos los marxistas”.

Sin embargo, las autoridades designadas en la UdeC tenían otros planes para él y lo enviaron a Asuntos Estudiantiles. A dicho respecto, se jactó de ello frente a sus amigos alemanes diciéndoles que “es un cargo dependiente directamente del Rector, tiene categoría de Vicerrector” (lo que era falso).

Otra cosa que “con” señaló a los colonos es que el “antes del 11-9-73 organizamos con el mayor JOSE VILLABLANCA un grupo de inteligencia y sabotaje desde el año 1971 adelante. Actuamos con el equipo activamente en las dos huelgas de los camioneros y usamos con gran profusión la dinamita e hicimos grupos de asalto. Y además confeccionamos gran parte de las listas de los sindicatos, de los dirigentes sindicales marxistas”.

También en función de la información que les habían entregado “con” habían levantado fichas (en 1974) acerca de Mario Alarcón Alvarez, Director del antiguo Instituto de biología de la UdeC, de quien relataban que había llegado a las puertas del fundo “El Lavadero”; es decir, el recinto principal de la colonia, cerca de Catillo (donde la existe un centro recreacional universitario), quien pidió pasar a ver, pero se lo negaron. Según el texto, andaba con “una cámara fotográfica muy buena y trató de fotografiar la casa y en dirección opuesta. Ambas veces se le pidió no hacerlo”. Ante ello, el profesor se retiró, que estaba con su familia, en su vehículo, en dirección al oriente. El documento, que incluye una foto de él, evidencia que después fue seguido: “Alarcón tomó fotos en dirección al fundo (oriente), a Trabuncura (sur), a La Loma (norte) y otra vez al fundo. Entonces habló con los niños y miró por la baranda del puente, habló con las señoras, señalando algunas veces en dirección al fundo”.

Obviamente todo ello lo convirtió en un sospechoso de cualquier cosa, y por ello “con” se puso a buscar información acerca de él. Según explicó a sus amigos de la secta, Alarcón “sabe que en su departamento de zoología se reúne el núcleo del MIR, lo sabe. El es contrario a que se reúnan, pero no hace nada ni avisa a la autoridad porque le parece que su categoría de profesor y de director no es para (andar) dando aviso a la autoridad”.

Otro profesor al que tenían fichado, aunque la fuente no era “con”, sino un tal “León”, era el alemán Eckhard Schmidt, quien se encontraba como profesor visitante en la U. de Concepción, al que calificaban con una persona “tipo KGB“. Agregaban que “este hombre es íntimo del obispo rojo FRENZ (luterano que echaron de la congregación, divorciado de su señora que se aburrió de él por fanático socialista). Este FRENZ estuvo en Concepción muchos años y los alemanes del grupo de ROMETSCH le hicieron la vida imposible hasta que se fue de aquí. Está en Amnesty International y siempre mantiene sus buenas relaciones con ECKHARD”.

Otro informante que la colonia poseía en Concepción era alguien a quien solo se identifica como “cptn Cádiz”, quien dio a los colonos datos acerca de dos prófugos: dos exdiputados: uno a quien solo identifica como “Jara” y a Tomás Solís, quien posteriormente fuera alcalde de Chiguayante, a quienes se refiere como “esta gente”. Cádiz relata que los persiguió en un FIAT 125 “plomo con parrilla en el camino a Coronel, que se me arrancó”.

Agrega que “esta gente se está moviendo mucho” y cuenta acerca de un Acadian y un Opel que “pertenece a un tal Cerda”, en el cual andarían también también, aseverando que “estos gallos se mueven mucho, se ríen de la policía”.

Otra ficha, también basada en las historias que relataba “con”, y a nombre de alguien que solo identifican como “Aravena” se refiere a un estudiante de historia de la universidad de Concepción que se creía había lanzado panfletos antigobierno, por lo cual “CIRE está investigando”, se indicaba, en referencia al Centro de Inteligencia Regional, organismo que tenía su sede en la Base Naval de Talcahuano. Además, se señala que tres carabineros de civil habían ido a buscar al estudiante y que le preguntaron por él al profesor Sergio Correa Bello, quien “conociendo al alumno y teniéndolo al lado, dijo que no lo conocía y no sabía donde estaba”.

Entres los documentos, hay cuatro fichas relativas al fallecimiento de Marcos Emilfork Alegría. En dichas fichas, están recortados todos los obituarios que se publicaron en el diario El Sur, así como una semblanza acerca del fallecido (quien fue gerente de varios cines de Concepción y distribuidor de películas).

Muy impresionandos con su capacidad para los idiomas, se detallaba la vida de Otakar Graf, más conocido como “Otto”, quien era el administrador del tradicional Hotel Ritz, ubicado en Barros Arana con Aníbal Pinto, donde hoy se ubica una horrible multitienda. Según explica su ficha, en 1942 Graf era capitán del ejército checo y, después habría sido ayudante del general De Gaulle.

Hablaba checo, alemán, francés, inglés, español y algo de ruso, polaco, árabe y otros idiomas. El redactor del documento aseveraba que “estuvo durante seis años en el servicio secreto en Damasco”. A diferencia de la mayoría de los juicios negativos que emitían respecto de casi todas las personas, sobre Graf decían “Muy amable y atento. Tiene gran facilidad de recordar personas”.

La salud

También estaba “fichado” el médico Gunther Ivanschitz Poulsen, de quien se señalaba “DC. Médico. Hospital Regional Concepción”, así como su colega Jacob Israel Miles, pese a que este era mayor de sanidad en el Ejército, según las fichas, las cuales consigan supuesto detalles “sospechosos” de él, como que en el diario El Sur supuestamente había una foto donde se lo mostraba junto a Allende, agregándose que “esa foto desapareció”. En el mundo paranoico y antisemita de la secta liderada por Schäfer lo describían como “PR marxista. Judío. Oficial de Sanidad de la III División de Ejército. Rubio, regular estatura”. Más abajo se indicaba “Jacob es masón”. Otras fichas hablaban acerca de su hermano, el destacado empresario y ex director de la UdeC Marcos Israel Miles.

Un médico que parecía interesarles en forma especial era Sergio Lagos Olave, padre del periodista y cantante del mismo nombre. Lagos Olave, un hombre reconocido por su carisma y que fue militante del Partido Socialista, era, según la ficha, un “líder revolucionario ex UP”, del cual se relataba que había sido expulsado por la dictadura desde su cátedra en la Universidad de Concepción, luego de lo cual había ingresado al Hospital de Lota, donde lo habían puesto a cargo del programa de rehabilitación de alcohólicos. El autor de la ficha estimaba que dado que ello significaba tener contacto con la comunidad, se trataba de algo “altamente peligroso”, dado que ello “lo tranformará en un personal estimado, respetado y por ese medio ser un continuador de ideas marxistas-extremistas”.

Sin embargo, el judío que más les interesaba era el rabino Angel Kreiman (quien hasta hace algunos años fue director espiritual de la comunidad judía de Concepción), de quien sobrevivieron 21 fichas y a quien en los años 70 describían como “Gran rabino de Chile”. En todo caso, todas las fichas respecto de él son recortes de prensa, especialmente de las visitas que hizo a Concepción en los años 70. Acerca del conocido Américo Grunwald, existe solo una ficha, que señala que es “actual líder de la comunidad judía en Concepción”, sin más insultos o calificativos, a diferencia de la de alguien solo indicado como “Liebrecht”, de quien decían “judío marxista. Ingeniero en ultrafrecuencia. Lo Pequén. Concepción”.

Volviendo al ámbito de la salud, había también una ficha, por ejemplo, del jefe de mantención del Hospital Higueras, Eduardo Heusser Larenas, de quien solo decían “PC”.

Los amigos del casino

También fichaban a sus “amigos”, como quienes iban a almorzar a su casino “familiar” en Bulnes, a quienes incluso abrían los autos a fin de fotocopiar o fotografiar toda la información encontraban en su interior, aunque mucha gente les pasaba documentos que luego ellos ingresaban a las fichas.

Por ejemplo, hay una a nombre de “Aquiles Acosta Walker”, que consiste en una tarjeta de presentación a ese nombre. Según dicha tarjeta, Acosta era gerente de producción de Cantera Lonco. Al lado de la copia de la cara principal de la tarjeta figura una copia de su anverso, que tiene una frase en alemán y en español, que reza “somos kolegas: competencia, pero eso no quita que seamos amigos”, junto a una firma y una fecha (1987). Obviamente, con lo anterior hacía alusión a la planta de chancado que la colonia tenía a un costado del casino mismo giro de Canteras Lonco.

Otra ficha, que deja en evidencia la forma en que espiaban a sus visitantes, incluso a quienes los admiraban, es la relativa al profesor Leon Balabanoff, académico que se asentó en Chile luego de la Segunda Guerra Mundial y quien les dejó una felicitación manuscrita.

Se le describe como “profesor, Facultad de Ciencias Químicas, Universidad de Concepción, Ingeniero Químico, Instituto de Mendeleyev, Moscú, 1938”.

Se indica además que visitó el casino “familiar” en 1986, y que “tenía otro carnet nuevo entre sus documentos”, información que se atribuye a “Klops”, que era la sigla con la cual se referían a Ricardo Alvear, uno de los chilenos más incondicionales a la colonia, que trabajaba en el restorán de Bulnes.

Otras tres fichas muestra una foto de ambos carné, las que seguramente sustrajeron desde su auto, y una quinta, escrita en alemán, relata que era descendiente de nobles y que su esposa provenía de una familia de cosacos, por lo cual habían pasado grandes penurias en la guerra y desde los años 30, cuando los servicios secretos soviéticos lo interrogaron en dos ocasiones por su pensamiento político, dejándolo sin trabajo luego de ello.